CONCEPTOS
Expresada de esta manera, la abstracción se vería como oponiéndose al mundo que existe y de ahí la primera antinomia mencionada ut supra, a saber: figurativo-abstracto.
De este concepto, surgirán otras referencias que ameritan un desarrollo y análisis más exhaustivo, el cual será objeto más adelante.
La Composición en el Plano, según Kandinsky es una exacta y regular organización en forma de tensiones de las fuerzas vivas encerradas en los elementos (KANDINSKY, W. Punto y línea sobre el plano. Contribución al análisis de los elementos pictóricos. p.98. Ediciones de Bolsillo Barral - Labor. 1986. Barcelona - España)
Los elementos pictóricos a los que hace referencia son: el punto, las líneas, las formas, el plano básico y todas las interrelaciones que se generan entre ellos.
En este sentido, sostiene que las líneas ya sean rectas o curvas, horizontales, verticales o diagonales, centradas o acentradas en relación al borde del plano básico, generan distintos grados de tensión y ritmo a la composición. De igual modo el énfasis que se le imprime a la línea -entendiendo por tal el aumento o disminución en el grosor de ésta- acrecentará o no dicha tensión.
Lo Concreto, ¿ cuál es su verdadero alcance? ¿sólo lo figurativo puede definirse como arte concreto? ¿queda excluido así el arte abstracto?
Este tema en particular fue enfrentado de diversa manera -principalmente- por las primeras vanguardias del S.XX. Los fundamentos de ello, se encuentran en sus manifiestos o discursos, donde transmiten no sólo su acervo pictórico sino también revelan su filosofía de vida, que va a la par de éste.
Brevemente, corresponde mencionar que mientras Kandinsky modifica su expresión plástica libre (expresionismo sinestésico) por esquemas compositivos más rígidos sometidos a la geometría; el Suprematismo de Malevich se sostiene en la simplicidad de las formas. En cambio, el Neo-plasticismo, opta por la supresión absoluta de todo lo superfluo, con el único objeto que sólo prevalezca lo elemental. Para sus representantes, la obra de arte tenía que poner al espectador en equilibrio con el Universo y la emoción generaría un efecto contrario, operaría como una perturbación de la armonía, del equilibrio entre el sujeto (hombre) y el objeto (todo).
El Cubismo, por su parte, se muestra como un arte de la abstracción reductiva, pero no como una abstracción total de lo concreto, en tanto que se considera a la forma como una entidad estructurable y mensurable, por oposición a Der Blaue Reiter donde la forma es la expresión exterior de un contenido interior. Sin embargo; tienen en común la simultaneidad de abstracción y realidad. Tanto para Gris como para Marc conciben a la creación artística como “un acto de equilibrio en la línea divisoria entre figuración y abstracción” (THOMAS, K. Hasta hoy. Estilos de las Artes Plásticas en el Siglo XX. III. El arte abstracto. p.161-2. Ediciones del Serbal. 1988. Barcelona - España)
“El postulado de la no figuración no significa pues ausencia de objeto, pues ésta sería una aporía en las artes plásticas, ya que de cualquier forma la pintura siempre dispone objetos” (ob. cit. p.164)
Alejado de las vanguardias, en el Minimal Art se advierte una tendencia de abstracción que se ocupa de un retorno a las estructuras primarias, no utiliza accesorios ornamentales, y al igual que el Land Art, se dirige hacia un arte puro de ideas.
Lo Geométrico y lo Ornamental, tanto en una expresión pictórica como arquitectónica o escultórica devienen trascendentes al momento de considerar el alcance de una obra como arte abstracto o no.
Es dable resaltar en este punto, la incidencia del sentido per se de lo ornamental, vale decir; si lo ornamental es utilizado a los solos efectos decorativos o se le otorga un poder superior al convencional.
De igual modo, lo ornamental puede estar compuesto tanto por diseños geométricos (ej.: grecas, triángulos, zig-zag, etc.) como se verá oportunamente, o también se expresa a través de los diseños naturalistas (ej.: hojas, granadas, etc.); pudiendo estos últimos acentuarse y abundar en detalles, yendo hacia lo figurativo-concreto. O por el contrario; se pueden estilizar los trazos orgánicos y combinarlos con lo geométrico (ej.: espirales) otorgando armonía y equilibrio a la composición.
El uso del símbolo, previamente a entrar al análisis de este punto, conviene precisar ¿ cuál es el significado de la palabra símbolo? Se lo podría definir como “un signo que establece una relación de identidad con una realidad, generalmente abstracta, a la que evoca o representa”.
De este modo, los símbolos, al igual que lo geométrico y lo ornamental pueden integrar tanto una composición figurativa como abstracta; dependiendo del sentido en que éstos se expresen. El uso de los símbolos podrá obedecer a lo estrictamente ritual-mágico o bien para transmitir un contenido oculto o reservado, pocas veces será utilizado como elemento puramente decorativo.
¿podría considerarse el uso de los símbolos en una composición abstracta? definitivamente sí. De hecho, en los albores de la humanidad, ésta ha usado símbolos (cruces, círculos, espirales, etc.) tal como se aprecian en diferentes enclaves prehistóricos para expresarse y esta costumbre ha continuado a lo largo de la historia.
FUNDAMENTOS DEL ARTE
El autor Herbert Read, sostiene la tesis de que el Arte cumple una función en el desarrollo de la Conciencia Humana. Así se plantea ¿cuál es el sentido del Arte? y concluye que éste no surgiría a menos que hubiera algún propósito en su surgimiento o desarrollo, algún deseo inconsciente que lo impulsara. Y en un pequeño viaje por la historia refiere que el Arte es la clave de la supervivencia. En principio, el hombre paleolítico usaba su imaginación, en cambio en el hombre del neolítico comienza a vislumbrarse un proceso abstractivo, donde la forma es el producto de un esfuerzo constructivo y el símbolo adquiere una significación estética.
En relación a la composición dice que éste halla su manifestación a través de dos principios básicos, el primero sería la simetría, el cual consistiría en la captación de una conciencia estética del equilibrio. Este equilibrio estaría presente tanto en el arte geométrico como en el arte figurativo. El segundo principio, sería el de la belleza, el “to kalom” de los griegos (READ, H. IMAGEN e IDEA. La función del arte en el desarrollo de la conciencia humana. Editorial FONDO DE CULTURA ECONÓMICA. 1957 MÉXICO)
Finalmente respecto de los símbolos, entiende que éstos surgen para representar nuevos aspectos de la realidad, surgen de la noción de lo numinoso (o conciencia estética del espacio). Sobre la base de una actividad simbólica y del pensamiento intuitivo en general se hace posible una estructuración representativa del espacio -el espacio abstracto- (Ob. cit. Cap. III Los símbolos de lo desconocido. p.83). Y con el oficio de la construcción aparece una conciencia del espacio como tal.
Sin considerar adherirme in totum a la posición planteada por Read, sí comparto la opinión de que existe una estrecha conexión entre el Arte y el desarrollo de la Conciencia Humana, de la conciencia del Hombre. La personalidad de cada ser humano hace que este viva de acuerdo a determinados principios y valores, a sistemas de creencias, los cuales podrán provenir del ámbito familiar, social o político con el cual se vincule o establezca lazos de referencia y/o pertenencia.
En este sentido, cuando decide expresarse de manera plástica, todo su acervo cultural y social estará influyendo en su accionar, siendo su producto una combinación de todo su sentir y su pensar, su filosofía de vida.
En lo que atañe a mi búsqueda personal, en principio hacia la integralidad del ser y lograr la armonía interior, la expresión plástica no fue quedando fuera, sino todo lo contrario. Y como dije al comienzo, hice una retrospectiva de lo que había hecho y pude notar no una secuencia, pero sí algo común que los unía. Estas cuentas aisladas, pudieron unirse en base a un mismo hilo conductor. Hilo que permitió que germinara en mi interior la idea de poder expresar plásticamente qué era lo que entendía como esencial para representar la energía vital oculta que nos imprime, utilizando para ello las líneas, las formas y colores sin perder la armonía y el equilibrio en la composición.
En segundo lugar, y al observar el entorno, descubrir que en el mismo, el ser humano ha establecido también esa esencia vital, esas armonías y equilibrios internos. Nuestros antecesores -y desde el comienzo de la Humanidad- han registrado el hábitat en que se movía tanto en las cavernas como luego con la formación de los burgos, siguiendo patrones arquitectónicos, escultóricos y pictóricos propios de cada época, pero siempre de la misma fuente, su propio ser.
No siendo ajena a esa influencia, me interesó descubrir en mi ciudad a través de su edificación, sus parques y plazas, sus monumentos y demás, esa armonía y equilibrio que, siempre y desde el inicio, el ser humano buscó y plasmó.
Descubrí que estaba en todos lados, no fue en base a una “deriva” deliberada, sino en esas mañanas en las que concurría al trabajo, y entre parada y parada del ómnibus comencé a notar en los frentes de algunas casas “decoraciones”, pero que luego las identifiqué como símbolos…. No importa ahora su significado, sino el hecho de que había más cosas por descubrir.
Luego decidí registrar fotográficamente las diferentes escenas del entorno citadino, que en principio me habían llamado la atención. Así pude constatar, que efectivamente un abundante simbolismo nos rodeaba, y la mayoría de las veces no éramos conscientes de ello.
Lo segundo que llamó mi atención fueron las estructuras básicas no sólo de las edificaciones, sino de las plazas y monumentos, como esas líneas, ángulos, figuras geométricas, que habían estado presentes en toda la historia -incluyendo la prehistoria y la protohistoria- seguían conformando nuestro entorno. Más allá del simbolismo, había un plus por considerar y era precisamente la geometría.
La geometría ordena, sostiene, marca presencia. Por algo, en la Academia de Platón -y que fuera fundada en el año 387 AC- a la entrada había una frase grabada que decía: “No entre nadie que no conozca la geometría”. Y Pitágoras antes que Platón (598-475 AC), también dio preeminencia al estudio de las matemáticas y en especial a la geometría.
Lo expresado precedentemente, me llevó a hallar esa esencia escondida, esas formas disimuladas a la vista y a modo de puzle, pero que contenían per se lo básico para cualquier creación. Sea esta de la naturaleza que fuere, tanto en el plano como en el espacio.
Vale decir que; más allá de su simbología, de lo abstracto, de lo concreto, de la desaparición total del objeto, está la búsqueda de esa esencia que lo sostiene, que hace que exista, que respire….. poder plasmar “esa línea” o “ese ángulo” que le da vida. De igual modo, el color como vibración, le da energía. Captar la “esencia vital” del objeto es como penetrar en lo profundo del ser.
MÉTODO
El Método utilizado surgió de modo indirecto al incursionar en la fotografía, volviéndose luego en un valioso instrumento -diría casi imprescindible- para mi investigación y búsqueda personal.
El lente de la cámara fotográfica capta infinidad de detalles que al ojo humano en una primera mirada se le pueden perder. La captación -según Read- es el proceso de enfocar un detalle particular en el campo de percepción. Así la actividad sensorial sólo puede ver y oír, pero recién pasamos a “mirar” y “escuchar” cuando nos damos cuenta, cuando tomamos conciencia. La conciencia implica la unión de la sensación con lo sentido; de este modo, una persona “mira” cuando es consciente de su propio ver y de la cosa que ve (ob. cit. Cap. V La Ilusión de lo Real. p.131)
Por tanto, el primer paso consiste en efectuar el registro fotográfico del o de los objetos de interés, efectuando una o varias tomas en diversos ángulos.
El segundo paso me lleva a seleccionar los registros que considero más útiles al propósito planteado e imprimirlos para una mejor observación (generalmente en blanco y negro).
De dicha observación, realizo esbozos, no atendiendo a replicar la fotografía, sino a los efectos de trazar las líneas (curvas o rectas), los ángulos, delinear los contornos de las figuras geométricas que se encuentran ocultas o disimuladas a simple vista. También el orden que todos esos elementos tienen en sí y que llevaron a construir ese objeto (vivienda, escultura, etc.).
El cuarto paso, es ver si esos esbozos trazados mantienen o no una coherencia, una armonía y equilibrio que permita una composición pictórica que se exprese de manera acorde.
El quinto paso, va a depender o no del anterior. Ello, porque se presentan situaciones que permiten una ruptura más abrupta de la composición original, en tanto las figuras, los símbolos, los ángulos y ritmos de las líneas me llevan a obtener una transformación de la imagen primaria, resaltando lo que me parece esencial a la conformación de la misma.
El último paso, es siempre el color. Como dije anteriormente, el registro fotográfico lo imprimo en blanco y negro (la imagen original es tomada a color), porque los valores de grises obtenidos, también me aportan formas que pueden ser útiles al momento de la composición. Ello, obviamente, no implica que no tenga en cuenta los colores originales del objeto al momento de elegir la paleta que voy a usar en la composición. Como resulta obvio, este método carece de total originalidad. Por los años veinte y pocos, Theo van Doesburg fundó la Revista De Stijl y en uno de sus artículos denominado “De la naturaleza a la composición” (Notas sobre el desarrollo de una pintura abstracta) expresaba que la pintura no debe ser el fiel reflejo de uno u otro caso natural, porque en ese caso se estaría negando la libertad de movimiento a la pintura como tal. Y por ende, sería la muerte de la pintura. Pues, -y según su criterio- en esta libertad de movimiento se esconde precisamente el desarrollo de la pintura hacia la expresión plástica independiente del espíritu humano, porque la experiencia externa de la realidad no es capaz de expresar en una forma determinada la Verdad. Todas las artes tienen que solucionar el mismo problema y este es: la relación equilibrada de la armonía plástica. Según su entender, cuando se produce el conflicto entre naturaleza y espíritu o entre realidad y Verdad, lo último sólo puede ser expresado a costa de lo primero.
En este sentido, en 1918 y a partir de una fotografía (“mujer en el taller”), realiza siete reproducciones pictóricas, hasta llegar a la última que él denomina “Composición 16”. En esta secuencia se puede apreciar el proceso de liberación del espíritu de los lazos de la naturaleza. Ya, la primera diferencia se observa entre la foto y la primer reproducción, en donde el artista plasma pictóricamente esa realidad fotográfica pero desde su temperamento, su visión personal, ya sea acentuando los contornos y los planos o dando relevancia a otros objetos. Luego en la siguiente reproducción, comienza a destruirse la apariencia externa de formas y colores (primera transfiguración del Retrato-Composición), lográndose finalmente a una equivalencia estética de cosa y espacio, tras eliminar toda forma y color dominante. Llega a la abstracción, cobrando relevancia el plano y la relación de proporción de cada una de las partes con la proporción principal (CIRLOT, L. Primeras Vanguardias Artísticas. Textos y documentos. Cap. 7. Abstracción p.186-95)
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